sábado, 3 de enero de 2009

LECTURA DEL TEXTO DE ROBERTO CARBALLO “CIENCIA Y MÉTODO”

La ciencia, en cuanto a actividad social y humana, posee un carácter interpretativo y subjetivo, tanto como medio o herramienta de conocimiento, como en cuanto a fin en sí mismo. Esto se debe a que está condicionada psicológicamente por las actitudes de las personas, quienes son producto de los momentos y los contextos en los que viven; lo que hace que la propia ciencia se convierta en un elemento histórico, cuyos resultados son tan temporales, relativos y perecederos como los métodos en los que se basan. Ahora bien, su poder radica en el impacto que sus descubrimientos tienen en el contexto espacio-temporal en el que surgen, capaz de revolucionar lo conocido hasta el momento; haciendo que ésta sea utilizada como instrumento de control social, aprovechándose del hermetismo que supone su proceder: pues la ciencia, su lenguaje y su método, no está al alcance de todo individuo, dando lugar a que sea una actividad de minorías sujeta a los “vicios y virtudes” humanos de tales minorías; lo que hace de su evolución un proceso fuertemente condicionado, y de su actividad un concepto fuertemente disputado.

Este es el dogmatismo de la concepción de la ciencia: los criterios de demarcación de la misma y la veracidad de los mismos. Pues justifican –o se utilizan como justificación de– las acciones y las posiciones de las minorías, en base a ideales subjetivos y meramente humanos. En este sentido, es preferible utilizar una definición abierta de la ciencia, más accesible y que haga hincapié en la consciencia sobre las cosas; pues al fin y al cabo, estamos ante una concepción más del mundo que nos rodea, concepción que está influenciada por ideas y creencias a-priori, y que sólo se diferencia de otros tipos de conocimiento por su método: el cual está en continua transformación y evolución, haciendo que sus descubrimientos sólo sean verdades temporales.

Teniendo en cuenta que las fases del método de investigación científica (véase, por ejemplo, las de G. Longo), aun siendo siempre las mismas, pueden variar susceptiblemente en cuanto al campo científico en que se apliquen; algo que no suele ocurrir con el método de exposición científico. Éste es un proceso a-posteriori de la investigación, y su contenido ni su forma de proceder debe dar a entender ideas u objetivos o hipótesis planteadas antes del desarrollo de la investigación, o que han guiado a la misma; debe mostrar las relaciones descubiertas en el proceso indicado, y toda idea a-priori debe ser un mero marco de comparación de lo que se concebía antes respecto a lo que se ha observado en la realidad. De esta manera, la exposición adquiere la capacidad de enriquecer más aun la propia investigación y el conocimiento científico adquirido, reformulando así las hipótesis planteadas.

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